Más que un libro abierto, soy una carta escondida, amarilla por el paso de los años y encontrada por un alma curiosa en un dia de primavera.
Es por eso que no quiero publicitar, quiero ser encontrada. No me quiero vender y me duelen las entrañas al pensar en todas las veces que he tenido que hacerlo, y en aquellas que seguro vendrán.
Pero aun anhelo ser descubierta, y que juntos nos sorprendamos del hallazgo. Personal, único e íntimo. Que mis escritos no sean lectura escolar obligatoria, pero que por un momento te atrapen y no te dejen ir, que te dejen pensando y te hagan volar lejos de tu silla.
Que nos topemos un día y quieras viajar conmigo.