Es hora
de matar al
propio orgullo;
de dejar de
perpetrar el asesinato
de mi propia alma.
No sé
como se aceptan los fracasos
no sé
como definirme
sin rastros de gloria
(falsa)
como norma
como moral.
Es triste
es amargo
luzco víctima
(aunque sabemos)
soy victimaria
Estas lágrimas se vuelven necesarias
y son mi único vehículo
para crecer.